Soy una terrible columnista. Intenté serlo en dos ocasiones con una columna de emisión semanal en un periódico local. Honestamente creo que mis textos eran aburridos y no cumplían con el formato característico que debe tener una columna. En la primera ocasión la mantuve por más de un año. Creo que entonces yo pensaba que tenía cosas importantes que decir. Sin embargo la abandoné así como suelo abandonar algunas cosas o personas, simplemente un día no vuelvo más y luego me cuesta un enorme trabajo volver, así que ya no vuelvo. De cualquier forma hice un segundo intento y terminó en lo mismo. Fracaso total luego de algunos meses en que dificultosamente logré mantener una cierta periodicidad. Ayer en un suplemento cultural salió publicado un artículo de viaje que escribí. Creo que eso es a lo más que podría llegar, a colaboradora ocasional de alguna publicación. No más. Dicho esto, me siento mejor.
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