Retrato hablado de la fiera

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Recuerdo que el amor era una blanda furia
no expresable en palabras.
Y mismamente recuerdo
que el amor era una fiera lentísima:
mordía con sus colmillos de azúcar
y endulzaba el muñón al desprender el brazo.
Eso sí lo recuerdo.
Rey de las fieras,
jauría de flores carnívoras, ramo de tigres
era el amor, según recuerdo.

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¡Tigre, tigre!, Eduardo Lizalde, 1985, Fondo de Cultura Económica.
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Comentarios

abril dijo…
Tengo ese libro sobre el escritorio. Lo tomé precisamente porque quería recordar ese poema. Qué más decir.

Abrazo
sarauribe_26 dijo…
Pues el libro llegó a mí porque iba a ser depurado de una biblioteca y una persona que trabaja ahí me lo trajo porque sabe que me gusta leer y pensó que me podría gustar. Ese poema y todo el libro es muy bueno, lo estoy disfrutando. Qué coincidencia.