Anoche insomne yendo de habitación en habitación. Una escalera nueva. Una terraza nueva. Un nuevo estudio. ¿Qué significa todo eso? ¿Acaso el pasado desaparecido? ¿Acaso un futuro que no existe? Mi perímetro es estrecho. Aquí la memoria insiste en desdecirse y todos los proyectos son siempre a corto plazo. El día a día en un presente que tampoco es nuestro. No tengo deudas. No compro a crédito. Lo que tengo hoy lo pagué hoy. Lo que tengo hoy es todo lo que tengo. Las dos, luego las tres de la madrugada y sin poder dormir. De habitación en habitación como sonámbula o como zombie o como insomne que no tiene residencia fija. Esta es una casa por la que pago renta. Este es un presente rentado y pago mi tarifa día a día. Esta es una pensión y a veces pudiera pensar que soy un automóvil. Pero no sé manejar. Pero no sé estacionarme. Pero no tengo licencia ni futuro ni sueños. Ahora sólo quiero el ahora. Ahora sólo quiero que este instante tenga sentido. No compro a crédito repito. Todo lo que tengo lo pagué de contado. No compre ahora y pague después. La sensación de que no hay un después. La sensación de inventarse el futuro, de construir un personaje que cree que tiene la posibilidad de un futuro. Decir: estaré aquí unos años y luego me iré. Saber que no existen esos años. Saber que tarde o temprano. Que latente la fractura. ¿Qué significa todo esto? ¿Acaso de un insomnio cotidiano? ¿Acaso de un insomnio crónico? Recuerdo esas noches, esas largas noches en que no podía conciliar el sueño. Aquello sí que era insomnio. Una isla. Ahora pequeños naufragios. Breves. Luego a flote. Luego la zozobra. Eso. Lo que falta. Lo que duele sin saber.
Anoche insomne yendo de habitación en habitación. Una escalera nueva. Una terraza nueva. Un nuevo estudio. ¿Qué significa todo eso? ¿Acaso el pasado desaparecido? ¿Acaso un futuro que no existe? Mi perímetro es estrecho. Aquí la memoria insiste en desdecirse y todos los proyectos son siempre a corto plazo. El día a día en un presente que tampoco es nuestro. No tengo deudas. No compro a crédito. Lo que tengo hoy lo pagué hoy. Lo que tengo hoy es todo lo que tengo. Las dos, luego las tres de la madrugada y sin poder dormir. De habitación en habitación como sonámbula o como zombie o como insomne que no tiene residencia fija. Esta es una casa por la que pago renta. Este es un presente rentado y pago mi tarifa día a día. Esta es una pensión y a veces pudiera pensar que soy un automóvil. Pero no sé manejar. Pero no sé estacionarme. Pero no tengo licencia ni futuro ni sueños. Ahora sólo quiero el ahora. Ahora sólo quiero que este instante tenga sentido. No compro a crédito repito. Todo lo que tengo lo pagué de contado. No compre ahora y pague después. La sensación de que no hay un después. La sensación de inventarse el futuro, de construir un personaje que cree que tiene la posibilidad de un futuro. Decir: estaré aquí unos años y luego me iré. Saber que no existen esos años. Saber que tarde o temprano. Que latente la fractura. ¿Qué significa todo esto? ¿Acaso de un insomnio cotidiano? ¿Acaso de un insomnio crónico? Recuerdo esas noches, esas largas noches en que no podía conciliar el sueño. Aquello sí que era insomnio. Una isla. Ahora pequeños naufragios. Breves. Luego a flote. Luego la zozobra. Eso. Lo que falta. Lo que duele sin saber.
Comentarios
Encontré este artículo luego de buscar cuán posicionado estaba mi artículo de Glu Glu Glu :P
Te dejo el link por si interesa ^^
http://diegodefranco.com/2011/08/20/me-molesta-la-gente-filosofia-del-glu-glu/
Me gustaría estar en contacto!