Me recuerdo cantando esa canción, ese verano-invierno-otoño. Meses que no tienen nombre. Voces que se confunden. Una habitación sin ventanas es también una habitación fuera de casa, un búnker, un túnel, un incendio. Torpeza que se disfraza azar. Esa clase de cosas que ocurren cuando no esperas nada. Notas al margen: acotaciones post-idílicas. Me pregunto ahora si debí grabar esas conversaciones, destruir las costuras. En esos pasillos, en esas plazas, en esos bares, en esos automóviles, en esas playas. Esa clase de cosas que ocurren cuando no nombras, cuando acudes, cuando desapareces. La ausencia era entonces otra forma de decirse. Pensé que recordaría esos años así. Ese romper de olas, ese atasco en la arena, ese pinar.
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