En casa...


Siempre había cosas dulces: arroz con leche, fresas con crema, capirotada, donas recién hechas, galletas de nata, empanadas de piña, tejocotes en almíbar, limones rellenos de coco, jamoncillos, pasteles y más pasteles, panqué, gelatinas de mosaico, hot cakes, flores de betún, pays, natillas, dulces de membrillo, de calabaza, flanes, polvorones.

Siempre había cosas dulces y cuando uno convalecía todas ellas aparecían de la nada. Recuerdo ahora dulces convalecencias de la infancia, y mientras tomo un té de manzanilla, evoco todos esos sabores, todos esos paraísos perdidos que en la inmediatez se reescriben.

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