Hoy me desperté sin ganas de ir a la oficina, no tenía leche así que no pude tomar mi cereal. Puse un disco de la Mala Rodríguez y me metí a bañar. Para variar se me hizo tarde y el autobús que alcancé iba lleno. Por lo regular no me gusta ir parada pero hoy, distinto, el ipod acompañándome y en mi burbuja nada, nadie, sólo yo. En la oficina hizo mucho calor (sí, aún sigue descompuesto el clima), desayuné un yogurt con manzana y fresa. Luego estuve toda la mañana en la maquila de las Gacetas del Archivo, alguien sacaba copias, alguien doblaba, yo engrapando y foliando. La verdad es que me encantan las actividades rutinarias que no requieren pensar, me desestresan mucho, me tranquilizan. Al final alguien llegó con un bebé a la oficina pero no quise cargarlo. Ahora me voy a comer y regresaré por la tarde a un taller de arte contemporáneo, a ver qué tal está.
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