Definitivamente no me habría gustado tener una gemela. Le decía a Alfredo que el otro día me incomodó saber que en el facebook hay otras 42 Saras Uribes, las empecé a ver y en determinado momento comencé a frikearme, no sé porqué. Ese es mi nombre. No he conocido en persona nunca a otra Sara Uribe, así que de pronto ver a todas esas desconocidas, unas jóvenes otras más grandes, pues como que no me gustó, como que me sentí usurpada. Pero también está la cosa de que unos días antes Caín, cuando me vió de falda en el pasillo me dijo, es que eres otra, completamente otra, no sólo es que hayas bajado de peso sino que eres otra, la ropa, la actitud, y le dije jugando, sí, soy otra, soy una impostora que ocupa el lugar de la verdadera Sara Uribe. Eso me recordó la novela de Millás, Laura y Julio y de pronto me sentí como si fuera una impostora de mí misma. No es la primera vez que tengo la impresión de ser un fraude, tuve esa sensación luego de que vinieron los premios y los libros y todo eso. Pero algo es cierto, sí soy otra, he cambiado demasiado en muy poco tiempo, tanto que de pronto me cuesta trabajo reconocerme, ver cómo mi manera de pensar, de actuar y de sentir es hoy tan, pero tan diferente a la otra que fuí. Así que tal vez sí soy una impostora que tuvo que matar a esa Sara Uribe y esconder su cadáver para poder tener una vida, pero soy, en todo caso, una impostora feliz.
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Comentarios
un abrazo muy fuerte.
Saludos, Sara
Un escrito increíblemente interesante!
me daré una vuelta por tu blog, gracias por pasar por acá
polvillo de menta:
qué gusto que me venga a visitar acá, déjese caer más seguido
demeter.saenz:
sólo que esta vez debo administrar dicha felicidad, porque ya me pasó que no supe qué hacer con tanta, me sentó mal
camila:
gracias por visitarme y en eso, en lo del cambio, tienes razón
Besos,
Ya se les extrana. Mucho.
Sorry por los acentos.