malayerba nuncamuere

Pues sí, luego de cinco días de hospitalización y poco más de una semana de recuperación en casa, después de una anestesia completa, de sangrar (aún cuando no debía porque según mi doctor en las laparoscopias para sacar la vesícula es poco frecuente presentar sangrado), de que me dejaran un cateter o un popote como yo le llamaba, saliendo de mi costado para drenar precisamente lo del sangrado, de que el doctor me lo removiera y yo sintiera que un gusano se movía en mis entrañas, después de un dolor insoportable al abrir los ojos luego de la cirugía, después de repetidas dosis de morfina que me hizo llorar [cfr. efectos de la morfina en La Cresta de Ilión] pero no hizo que el dolor cesara del todo, después de lo que yo llamo "el coctelazo", es decir, una mezcla de drogas que según el doctor es la que le dan a las pacientes de una histerectomía, y que fue lo único que luego de media hora de resistencia de mi cuerpo y después de dos días de no dormir, finalmente me hizo caer rendida, después de enterarme que mi umbral del dolor es demasiado alto (osea que siento el dolor de manera más intensa) y que mi organismo reaccionó como si mi problema de salud fuera siete veces más grave, después de que "aquí el cuerpo pierde la vergüenza", después de la gelatina, el té de manzanilla y el jugo de manzana por más de tres días, después de intentar inflar globos por prescripción médica y no conseguirlo, después de las visitas muy queridas, después ciertas risas blancas, demasiado blancas ¿y acaso cómplices?, después de la coreografía hospitalaria del santi, después de ver mi vesícula (algo como parecido a un ostión alargado, horrible), después de retirar los puntos y de que las costras de las cicatrices comiencen a desprenderse, aún despues de eso...

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