Debate cultural



Hace unos días fui invitada a una especie de debate cultural organizado por Josué Picazo, cuya finalidad era publicar un reportaje al respecto; a la cita acudimos Moisés Abundis, Jorge de la Peña y Evaristo Aguilar y una servidora, la dinámica fue la siguiente: Josué nos hizo una serie de cuestionamientos y nosotros dispusimos de tres minutos para ir contestando y para hacer, si así lo deseábamos, una réplica a los comentarios de los demás.

El debate duró cerca de una hora, en él, dimos opiniones de muy diversa índole, las cuales, al leer el reportaje, desafortunadamente, no fueron vertidas en su totalidad; después de publicada la nota, platiqué por teléfono con Josué Picazo, quien me dijo que la edición de nuestros comentarios, había estado restringida por cuestiones de espacio, yo, como le dije, quiero creerle que ésa es la razón.

En lo que respecta a las opiniones que en dicho debate dije, quiero ampliar específicamente, las que se refieren a mi postura crítica con respecto del METRO.

Al inicio de la conversación con Josué Picazo y los demás creadores hice un comentario sobre lo gratamente sorprendida que me encuentro por el trabajo que Sandra Muñoz (Coordinadora de teatro del METRO) ha estado realizando en pro de la difusión de las artes escénicas; me refería directamente a las funciones de la obra Bodas de sangre, que se están efectuando actualmente, con un costo de tan sólo 15 pesos y que están dirigidas a un público adolescente (alumnos de secundaria); afirmé que me parecía estupenda su labor, no sólo por la difusión, sino también por el carácter didáctico de la puesta en escena, ya que al término de la misma, la propia Sandra Muñoz, micrófono en mano, interactúa con los muchachos instándolos a hacer preguntas y con ello a aproximarse a un diálogo con los actores; afirmé además que me parecía admirable el trabajo de los actores, que me asombraba cómo eran capaces de estar tan concentrados, a pesar del ruido natural y característico, que un grupo de adolescentes puede generar, animados por el anonimato de las luces apagadas; hice también un comentario positivo sobre la obra de teatro infantil El caracol encuerado, misma que tenía apenas unos días de haber visto; afirmé y sigo afirmando que me parece una labor didáctica y de difusión excelente.

Tengo que decir que no me gusta generalizar, admito y sostengo que hice una crítica por el difícil acceso que para los que no tenemos automóvil representa el hecho de ir a un evento al METRO, mencioné también los altos costos de algunos eventos, pero, reitero, no lo hice de manera general, me consta que los eventos de Sandra Muñoz se han distinguido por los bajos costos que ella ha manejado (ninguno más allá de 50 pesos).

Por otra parte, ya para finalizar el debate, Josué Picazo nos solicitó hiciésemos una petición hacia alguna institución cultural; la respuesta que aparece en el reportaje, no es textualmente lo que yo afirmé, si por cuestiones de espacio en ese reportaje no cupo en su totalidad, la amplío, la aclaro ahora, mi respuesta fue y sigue siendo la siguiente: dije “mi petición es para con el METRO, admito que desconozco cuáles son los mecanismos que hay detrás de esta institución ( y con ello quería decir, que considero necesario saber más acerca de los mecanismos administrativos de una institución cultural para hacer una crítica con toda certeza), pero me gustaría y pienso acercarme precisamente para conocer más acerca del tema”; luego hice mi petición, que sigue siendo la misma, “eventos de calidad, locales y foráneos, a precios accesibles”; esta última petición, no anula en ningún modo, mi admiración y reconocimiento público por el trabajo que Sandra Muñoz, como integrante del equipo de trabajo del METRO, ha estado llevando a cabo, reitero, en ningún momento quise decir que el METRO nunca ha realizado eventos a precios accesibles, mi petición más bien tenía y tiene la intención de pedir más eventos de ese tipo, porque realmente al ver esta función didáctica del teatro, me quedé pensando en lo mucho que se podría lograr si eso se trasladara a otras disciplinas artísticas.

Para finalizar quisiera decir que el reportaje dejó a algunas personas la impresión de que todos habían estado de acuerdo con mis opiniones respecto del METRO, esto no es verdad, hubo muchas cosas más que se dijeron, sobre todo cosas positivas, del METRO y de otras instituciones, que no se vieron reflejadas en el cuerpo del reportaje: Evaristo Aguilar, por ejemplo, habló muy bien del apoyo que para su trabajo ha brindado el METRO; Moisés Abundis, por ejemplo, agradeció y elogió mucho el apoyo que ha recibido para presentarse en el Jardín del Arte, entre otras comentarios positivos.

Por último, reitero que es necesario conocer a fondo una institución cultural para hacer una crítica formal y seria, en el reportaje, yo critiqué las cosas que como público vivo, el acceso difícil, los precios que a veces no puedo solventar; pero mi petición era, es, de buena fe, como le decía a Sandra, quizá sea muy utópico, pero me gustaría que pudiese haber más eventos a precios como los suyos, o incluso gratis, quizá haya gente que por su estatus económico no lo entienda, pero existe una gran cantidad de gente que no tiene ni cincuenta, ni quince, ni diez, ni cinco, ni un peso para pagar un evento cultural, lo sé porque cuando fui adolescente, y hace diez años, cuando llegué a Tampico, yo fui una joven que no tenía literal, realmente, ni un solo peso para pagar un evento cultural; yo sé que como dicen, la cultura no es para las masas, pero dentro de esa masa de gente que no tiene dinero para pagar ni el evento más barato, existen individuos que si son estimulados artística, estéticamente, se aproximarán a la pintura, a la danza, al teatro, a la literatura; justo el jueves 15 por la noche mientras escuchaba el concierto de Las cuatro estaciones, por el que pagué tan sólo 70 pesos, recordé cuál fue el primer concierto de música clásica que escuché en mi vida, fue un concierto gratuito que se dio en una catedral, y pensé que afortunadamente ahora yo tenía 70 pesos para pagar una entrada, pero que más afortunadamente alguien, había tenido la buena idea, la buena voluntad, de hacer un concierto gratuito, al que pude asistir, y que fue el que hizo que me gustara la música clásica; mi petición va más por ahí, por decir, que aunque desconozco si por las cuestiones administrativas del METRO es posible o no hacer más eventos a precios accesibles, desearía que fuera posible, por todas esas personas a las que sólo hace falta abrirles una puerta gratuita para acercarlos a la cultura, al arte.
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Comentarios

Anónimo dijo…
es dificil comentar sobre algo q tiene muchas caras, te apoyo con tu opinion del trabajo de sandra muñoz y los accesos al metro, el metro es tema recurrente tan positivamente y negativamente entre la poblacion de tampico... en la lista de temas polemicos esta la religion, la politica, el amor y el metro jajajaja...
Ramón Mier dijo…
Jamás se me ocurriría decir en una reunión con artistas que estoy encontra de que el gobierno "apoye" la cultura, pues se que de inmediato los ahí reunidos saltrían a la conclusión de que estoy en contra de la cultura, de que soy un enemigo de la cultua, lo cual sería un error en ambos casos.

Antes que nada debo confesar que no soy de izquierda ni de derecha, soy un liberal. Soy un libeal porque estoy en contra de que el gobierno se meta en lo que no debe, especialmente conmigo, la izquierda siempre tratará de meterse con mi bolsillo y la derecha de meterse con mis partecitas.

Estoy convencido de que el gobierno, entre menos cosas haga, mejor. En la medida en que el gobierno hace mas de lo que debería (garantizar nuestra libertad y seguridad fundamentalmente) las cosas comienzan ir mal.

Cuando el gobierno decide tomar como suya una responsablidad, esta deja de ser asumida como una responsablidad individual. Ejemplos sobran: la salud, la educación, las pensiones para la vejez, etc. Si el gobierno "hada madrina" se encargará de ello, ¿por qué preocuparme yo? y si el gobierno no cumple con su tarea, siempre podremos quejarnos de ello.

Con la cultura sucede lo mismo. Si el gobierno ha de ser el responsable de realizar actividades culturales, los individuos no debemos mas que exigir haga muchas, buenas y baratas, si se puede gratis mucho mejor.

Si traen a nuestra ciudad a nuestro cantante favorito, al espectáculo teatral mas famoso o una exposición del artista plástico del momento y además no nos cobran la entrada. ¡Senacional!

¿Para qué ponerse a pensar en los usos alternativos de esos recursos, como capacitar a nuestros policías, llevar agua y drenaje a una colonia, establecer albuergues para niños en condicones de calle? Después de todo... la cultura no tiene precio ¿o si?

Si la cultura dejara de ser una responsabilidad asumida o asignada al gobierno, estoy convencido de que la sociedad atendería al llamado de apoyar la realización de actividades culturales.

Serían mas, mejores estarían al alcance de todos, pues su realización tendría como origen en el interes de los individuos por difundir la cultura, como un acto de generosidad.

Además, los apoyos no irian "dirigidos", como suele suceder, a los artístas favoritos, o a las actividades favoritas del gobiernante en turno.

En términos matemáticos:


+ mecenas
- gobierno
= mas cultura al alcance de todos.
sarauribe_26 dijo…
Hola Ramón:

entiendo tu razonamiento y en lo personal, no inferiría que estás en contra de la cultura, sino simplemente que tienes un enfoque propio sobre la cultura, pero tienes razón, si lo dijeras así tal cual, y sobre todo sin el contexto que luego añades aquí, lo más seguro es que algunos de los artistas de la hipotética reunión llegasen a pensar que estás en contra de la cultura

en lo personal no creo que la difusión de la cultura sea responsabilidad sólo del gobierno, lo que sí es cierto es que nos guste o no existen ya ciertos recursos que en el presupuesto nacional están designados para la cultura, aunque desde luego hay asuntos más urgentes para los que debiera ser destinado ese dinero (proque como decía Vasconcelos, a un niño primero hay que darle pan y luego un libro), coincido contigo, un libro o un evento cultural no satisface el hambre, ni cura la enfermedad, ni remedia la pobreza... el hecho es que existen estas partidas ya designadas por el congreso, los diputados o quien sea responsable y a nivel nacional y en cada ayuntamiento y en cada instituto de cultura hay dinero cuya función debe ser el desarrollo y la promoción cultural

cuando yo hacía mi petición de eventos de calidad a precios accesibles o inclusive, si fuese posible gratis (que pienso que sí es plausible), no me refería a que deseo que ese presupuesto que reciben municipios e institutos culturales sea más grandes como para que puedan bajar los precios o hacer eventos gratis, no, no se trata de eso

se trata más bien de que pienso que ése presupuesto debiera administrase con otra visión o enfoque: una visión donde se contemple el desarrollo cultural, no de los que ya están enrolados con la cultura, como pueden serlo los asiduos asistentes a lecturas, los asiduos a las exposiciones y los conciertos, sino la gente que nunca en su vida ha ido a una obra de teatro, a un concierto o a ver danza, a un curso sobre literatura o fotografía, o expresión corporal, etc.

Repito, el dinero de los presupuestos para cultura ahí, está, no es necesario aumentarlo y con ello quitar dinero de otros rubros que en verdad son prioritarios; tampoco pienso que vaya a ocurrir la otra opción, que los presupuestos para cultura desaparecieran en aras de distribuirlos para ésos otros rubros, quizá sería lo más deseable para algunos, pero no pienso que vaya a ocurrir.

Así que si ya están designados estos recursos ¿por qué no aprovecharlos?

Además hay muchas instancias y convenios que pueden hacerse con esos recursos, las personas que trabajan en institutos culturales y ayuntamientos y que verdaderamente están comprometidos con sus trabajos, buscan patrocinios, buscan becas, buscan subsidios y multiplican con ello las opciones de actividades con el mismo presupuesto.

Ahora bien, cuando hablo de eventos de calidad a precios accesibles y/o gratis, no sólo hablo de que esto sea responsabilidad de las instituciones, es también responsabilidad de los promotores culturales, de los que se dedican al arte, de los individuos como tú bien mencionas y también ellos tienen que ver con esto.

Un evento puede tener un precio accesible o ser gratis, si la institución pone de su parte, pero también el artista, ya sé que algunos artistas me dirán que si no se cobra se está devaluando el trabajo y ahí interviene también otra discusión en la que se pensaría que estoy en contra de la economía del artísta.

Pero no es así, yo pienso, en una lógica muy simple que "de acuerdo el sapo es la pedrada", si a mi un grupo de personas con dinero me dice que quiere que les de un curso de literatura, obviamente les voy a cobrar lo que vale mi trabajo, ni más ni menos y si mi trabajo es de calidad, les voy a cobrar bien.

Pero si me invitan a dar un curso de literatura con la finalidad de acercar a la lectura o a la escritura a personas que no tienen muchos recursos, si la institución que me invita tiene recursos para pagarme bien, pues bienvenido sea, si tiene recursos limitados para pagarme regular o muy poquito, pues también sea bienvenido, y si no tiene para pagarme nada, pues tambíen doy el curso, si ellos me dan el espacio para impartirlo, que puede ser una biblioteca o una casa de la cultura.

Por otra parte, fíjate que yo no estoy tan segura de que si la cultura dejara de ser una responsabilidad asumida por el gobierno los individuos responderían al llamado de realizar actividades culturales, como tampoco estoy tan segura de que de esta manera los eventos estarían al alcance de todos porque tendrían como origen un interés generoso por difundir la cultural, y no estoy tan segura porque en esto de arte y los artistas no se puede generalizar, si bien es cierto que existe mucha gente apasionada por las letras o la danza o la pintura o la fotografía, que sería capaz de donar su trabajo para enseñar a otros o su obra o su tiempo, en aras de una promoción cultural; también es cierto que existen muchos artistas y muchos promotores culturales cuya finalidad u objetivo es más bien el lucimiento, el reconocimiento, la pedantería, la fanfarría, y que no serían capaces de promover un evento si no ven beneficio personal en ello.

Ahora bien, la ecuación sobre más mecenas y menos gobierno igual a más cultura al alcance de todos para mí más bien tendría que ver con:

más recursos que ya están destinados de antemano para la cultura usados para atraer y formar nuevos públicos culturales

y más artistas y promotores culturales verdaderamente interesados en compartir y difundir su obra

igual, no a cultura al alcance de todos, porque lamentablemente no creo que llegue a estar literalmente al alcance de TODOS, pero sí al alcance de una mayoría que vaya creciendo quizá no a pasos agigantados pero sí firmes
Ramón Mier dijo…
Sara,

Leí tus puntos de vista con atención y estoy de acuerdo contigo. Son perfectamente válidos para la realidad que nos tocó vivir.

Mis puntos de vista apuntan hacia algo que me parece ideal, pero que se antoja inalcansable en este momento.

Ya puestos en el aquí y el ahora, mis recomendaciones son las siguientes.

1. Que los gobiernos utlicen los recursos destinados a la cultura como "capital semilla" para promover la creación instituciones culturales independientes y autónomas con patrimonio y personalidad jurídica propio.

2. El objetivo de estas instituciones, será desde su origen el servicio público. Deberán promover la cultura y facilitar el acceso a actividades culturales. NO VIVIR DE LOS FONDOS DESTINADOS A LA CULTURA.

3. Estas instituciones no dependerán, al menos exclusivamente, de las aportaciones gubernamentales, sino de aportaciones de miembros (artistas y amantes del arte) que se comprometan a realizar aportaciones en monetario o mediante su trabajo, patrocinadores (empresas e indiviudos que disfruten de ver su nombre en letras doradas en una pared, o en un boleto de algun evento, etc) y usuarios (personas que tendiendo la posiblidad hacerlo paguen por tener acceso a las actividades). Gracias a los tres anteriores grupos habría forma de atender sin consto a un cuarto grupo: los beneficiarios.

Este tipo de organizaciones existen en distintas partes del mundo, p.ej. el Art Institute of Chicago www.artic.edu , que fue fundado por artistas 1839 con un patrimonio mínimo y en un emplasamiento modesto.

Hoy El Instituto cuenta con un museo que tiene una colección que engloba mas de 5000 años expresiones culturales de todo el mundo así como escuela de Arte mundialmente reconocida. En conjunto promueven actividades y eventos para los que casi siempre existen alternativas de acceso gratuito.

Cuenta con sus propios organos de gobierno. Reciben millones en donativos y es una de las instituciones artísticas mas relevantes del mundo.

Claro, que crear una organización así toma el esfuerzo y talento de cientos de personas a lo largo de varias generaciones, pero no creo que los Mexicanos en general o los Tampiqueños en particular estemos histórica, cultural, o genéticamente impedidos para llevar acabo grandes cosas.