A veces una nube es sólo eso. Un cúmulo. Un tálamo. Acumulaciones. // Aquí nada cabe ya. Aquí no hay resquicios. Sólo este desquiciante respirar. Aquí lo que respira es nube, es nada. Un cúmulo, una estancia, ese aliento. // Y la nube no desciende. Estática. Extática. La nube no sabe. No dice. No es. // Nada sabíamos ella y yo de la nube. Nada tendríamos que haber sabido. Heráclito ya lo había dicho todo sobre las nubes siglos atrás. // Que la nube era el ápeiron. Que la nube nada sabía. Que la nube y el cúmulo y los tálamos eran sólo resquicios delirantes. De antes. De antes. // Y estas líneas una pérdida. Una nube que no estalla. Que no está allá. Que aquí.
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