A los que, familia elegida, siempre estarán en mí. Gracias por estar conmigo, por todo su cariño. Por derribar mis muros de contención (sí, estoy de un cursi y no me importa), por cambiar mi mundo una y otra vez, por los abrazos y los ecos y las telefónicas llamadas. Por las cucharadas de natilla en los labios y las metafóricas frazadas. Por pensar en los años venideros, por compartir su ahora, por coincidir.
A los que, familia elegida, siempre estarán en mí. Gracias por estar conmigo, por todo su cariño. Por derribar mis muros de contención (sí, estoy de un cursi y no me importa), por cambiar mi mundo una y otra vez, por los abrazos y los ecos y las telefónicas llamadas. Por las cucharadas de natilla en los labios y las metafóricas frazadas. Por pensar en los años venideros, por compartir su ahora, por coincidir.
Comentarios
Le mando un abrazo grande, querida Sara; uno con muchas vitaminas y minerales y hierro y... y...
te mando un abrazo también y se agradecen todas las vitaminas, minerales y hierro porque ando un poco débil, convalesciente todavía