Porque sólo al otro se le puede abrazar, rodeas por todas partes, tocar amorosamente todas sus fronteras: la frágil finitud, la perfección del otro, su ser-aquí-y-ahora son intrínsecamente aprehendidos por mí y cobran forma en el abrazo; en este acto el ser externo del otro alcanza una nueva vida, adquiere cierto sentido nuevo, nace en un nuevo plano del ser. Sólo podemos tocasr los labios del otro con nuestros labios, sólo sobre el otro se puede colocar las manos en un gesto de bendición, elevarse activamente por encima de él, proyectándose plenamente sobre tus totalidad, en todos los momentos de su ser, su cuerpo...
Yo también soy (fragmentos sobre el otro)
Mijaíl M. Bajtín
Mijaíl M. Bajtín
Comentarios
Por cierto, se me ha olvidado darte el libro de Ponce que te traje del DF. No te lo he dado, ¿verdad?